Nació en Missik, el 21 de Julio de 1802, territorio polaco en esa época, hoy Lituania. Estudió en
En 1838 fue contratado por el Gobierno de José Joaquín Prieto para desempeñarse como profesor de química y mineralogía en el liceo de Coquimbo, con el propósito de fomentar el desarrollo minero mediante la incorporación de tecnología y conocimientos científicos.
No en vano, Ignacio Domeyko es reconocido en Chile como el padre de la mineralogía. Entre sus contribuciones a este ámbito destacan: la fundación de
Su aporte al progreso de la minería chilena se puede dividir en tres grandes líneas; el conocimiento geológico del territorio, la renovación de las técnicas de explotación minera, la formulación de nuevas leyes de fomento productivo. La validez de estas propuestas, radica en que ellas se basaron en sus continuas exploraciones y estudios en terreno de las diferentes realidades del sector minero.
Terminada su labor docente en Coquimbo (entre 1840 y 1846) Domeyko realizó numerosas expediciones a través del territorio chileno y los países vecinos.
Cuando pensaba regresar a Polonia en 1847, el Gobierno chileno logró retenerlo, contratándolo como profesor de química y mineralogía en el Instituto Nacional.
Su permanencia definitiva en Chile se afianzó cuando las autoridades le concedieron la nacionalidad por gracia (La adquisición de la nacionalidad por gracia es un honor que el Estado le concede por ley a un extranjero considerado gran servidor de la patria. En este caso, no se está obligado a perder la nacionalidad de origen).
Domeyko tuvo una participación relevante en la fundación de
Organizó los estudios orientados a las ciencias prácticas, lo que se manifestó en la transformación de
En 1883 decidió dejar su cargo de Rector de la primera universidad nacional, renunciando también a sus clases de química, mineralogía y geología. Ya tiene 81 años de edad.
En los últimos años de su vida, entre 1884 y 1888, Ignacio Domeyko viajó por última vez a Polonia. Regresó a Chile con un saco de tierra nativa, que depositó en el patio de su casa en la calle Cueto, en Santiago, donde murió al año siguiente.